El término Big Data hace referencia a un concepto mucho más complejo que describe al gran volumen de datos, tanto estructurados como no estructurados, que inundan los negocios cada día. En esencia, lo importante no es la cantidad de datos, sino lo que las organizaciones y quienes tratan esa información hacen uso de ella. El Big Data se puede analizar para obtener ideas que encaminen a negocios y organizaciones a realizar movimientos estratégicos.
¿Qué es realmente el Big Data?
Este concepto, que ha pasado a ser una disciplina o una estrategia de negocio, acoge a todo el conjunto o las combinaciones de datos cuyo volumen y tamaño, pero también complejidad y velocidad de tratamiento, dificultan su captura y procesamiento mediante tecnologías convencionales.
En realidad, cuando hablamos de Big Data no nos referimos tanto a la información que se puede acumular, sino a las tecnologías que permiten su almacenamiento y procesamiento rápido. En este sentido, es importante fijar qué volumen de datos se considera dentro de esta categoría. Lo cierto es que no está totalmente definido y cambia con el tiempo, pero muchos analistas coinciden en que se habla de Big Data cuando la información supera los 30-50 Terabytes y llega hasta varios Petabytes.
Por otra parte, la naturaleza compleja de esta disciplina está muy determinada por acumular datos no estructurados que se generan a partir de tecnologías modernas: identificación por radiofrecuencia, los sensores en dispositivos móviles y vehículos, búsquedas en internet, redes sociales, dispositivos GPS, registros de centros de llamadas…
¿Qué es lo que convierte al Big Data en una disciplina esencial en la actualidad?
El Big Data proporciona respuestas a muchas preguntas que ni las empresas siquiera sabían que tenían. Dicho de otro modo, les aporta un nuevo punto de referencia. Los negocios, empresas y organizaciones pueden identificar los problemas de manera más comprensible.
Hallar una tecnología que sea capaz de recopilar grandes cantidades de datos y búsquedas de tendencias permite a las empresas moverse más rápidamente y agilizar la información a la que tienen acceso. La traducción a niveles prácticos es reducción de costes, toma de decisiones más rápida y ajustada a la realidad y la oportunidad de ofrecer nuevos productos y servicios que satisfagan en mayor medida las necesidades de los clientes.
De esta herramienta pueden sacar partido numerosos sectores de actividad, desde el turismo a la sanidad pasando por la administración, el retail y el ecommerce, la publicidad, las empresas manufactureras o los sectores financieros, especialmente las entidades bancarias.
¿Qué desafíos enfrenta el Big Data en la actualidad?
Más allá de la inmediatez, la rapidez y la capacidad de análisis que aporta el Big Data a empresas y organizaciones, el gran desafío de esta disciplina pasa por integrar toda esa información de manera eficaz.
El hecho de que muchos datos sean no estructurados se hace presente en que la procedencia de esa información son numerosas fuentes y escenarios diferentes, lo que complica su tratamiento. En este sentido, otro reto importante es la calidad y la volatilidad de esos datos.
Mucha información, especialmente la que trata tendencias, es cambiante, lo que hace muy corta su validez para registrar análisis reales y efectivos. De hecho, si se realizan estudios sin tener en cuenta esa condición de la información, las conclusiones a las que llegan las empresas son erradas.
Los estándares de calidad son importantes para el Big Data. Un buen tratamiento de la información, que es sinónimo de acudir a recepción de datos de suficiente valía y el manejo adecuado de los mismos, va a permitir a las empresas ganar en competitividad y ofrecer soluciones más precisas para los consumidores.
Asimismo, conviene no dejar de lado quién debe hacerse cargo de toda esta información. Un departamento especializado en Big Data es clave para promover acciones interesantes en las empresas, pero no hay que dejar de lado a los especialistas en recursos humanos, que deben conocer igualmente hacia dónde camina esta disciplina.
Hoy en día es una temeridad no adentrarse de lleno en escenarios Big Data, pues el acceso a la información es tan amplio que resulta un error no sacar partido de sus posibilidades. Sin embargo, no es oro todo lo que reluce con esta disciplina. Si no existen sistemas bien definidos en ese tratamiento de datos, el resultado será contraproducente, pues hará perder un tiempo brillante que se podría dedicar a otras tareas más productivas.